Las universidades y otras instituciones fueron durante siglos la fuente del conocimiento y de la educación superior. Pero desde hace unas décadas con el avance de la tecnología, ese paradigma fue cambiado rápidamente.
Las instituciones educativas han intentado mantener su posición en el mercado digitalizando sus procesos, aunque esto no ha resultado del todo exitoso debido a que siguen enfocándose en hacer lo mismo que han estado haciendo durante siglos pero en un entorno diferente.
Mientras tanto, el panorama educativo ha cambiado y ha dado lugar a nuevas formas de consumir y producir conocimiento, pasando de un modelo educativo unidireccional a uno multidireccional en el que el estudiante puede participar activamente a través del aprendizaje situacional, la generación y divulgación de contenidos.
Al mismo tiempo, la creciente demanda de un mercado laboral basado en el conocimiento no puede ser satisfecha por los programas educativos tradicionales, lo que ha impulsado el surgimiento de nuevos modelos educativos como los Bootcamps y MOOCs, que brindan a los estudiantes las herramientas necesarias para una rápida incorporación al mercado laboral en constante cambio, que requiere un poder de adaptación que el modelo tradicional no puede brindarles.
EL FUTURO DE LA EDUCACIÓN ¿ES AGILE?
Mirando hacia el futuro podemos preguntar ¿cuál será el próximo cambio disruptivo que vivirá la educación?, y si bien no lo sabemos a ciencia cierta. Al observar el paralelismo que ha existido históricamente entre los modelos laborales y educativos, estamos dispuestos a asegurar que el futuro de la educación estará marcado por la agilidad.
Una agilidad educativa centrada en brindar conocimientos aplicables, en procesos creativos en ciclos de aprendizaje cortos, con una validación inmediata del mercado laboral. Pero también en el empoderamiento del alumno tanto para la elaboración de su propio itinerario formativo, como para la elección de la forma de arribar a sus objetivos.
En este nuevo modelo surgen nuevos roles para los formadores, que pasan a jugar el papel de coach y mentores, que acompañan a los alumnos durante el proceso y le brindan las herramientas para lograr sus objetivos.
VENTAJAS DE LOS MODELOS EDUCATIVOS DIGITALES ÁGILES
Estos son solo algunos de los muchos beneficios en la implementación de la agilidad en la educación.
Llega a estudiantes de cualquier lugar del mundo, ayudando a democratizar la educación.
Divide el trabajo a realizar en tareas más pequeñas, de forma que la superación de cada una de estas tareas supone alcanzar un objetivo en sí mismo, generando una recompensa por logros a corto plazo.
El profesor que deja de ser el instructor, para convertirse en un facilitador del aprendizaje.
Reconoce que cada persona tiene su propio ritmo de aprendizaje, y que este cambia en función de los contenidos a aprender y que existen diferentes estilos de aprendizaje.
Apuntan a un modelo de comunicación multidireccional, en el que todo el mundo puede comunicarse.
Propone aprender a colaborar e interactuar, para encontrar mejores soluciones en conjunto a través de la inteligencia colectiva.
EL ESTUDIANTE EN EL CENTRO
La agilidad educativa también puede brindar a los estudiantes la oportunidad de aprender habilidades prácticas y aplicables en el mundo real, algo muy valioso en el mercado laboral actual, que valora cada vez más las habilidades técnicas y prácticas en lugar de solo el conocimiento teórico.
También permite a los estudiantes adaptarse a los cambios constantes del mundo laboral y a las nuevas tendencias y tecnologías. Esto puede ser especialmente importante en campos como la tecnología y la informática, donde el conocimiento y las habilidades se vuelven obsoletas rápidamente y es necesario estar siempre actualizado.
Además, la agilidad en la educación puede mejorar la retención del conocimiento por parte de los estudiantes debido a que se enfoca en proporcionar información y habilidades prácticas que pueden aplicarse de inmediato en el mundo real, lo que puede motivar a los estudiantes y ayudarles a recordar y utilizar lo que han aprendido.
EN CONCLUSIÓN
La agilidad en la educación brinda protagonismo al alumno y es una forma efectiva de mejorar el aprendizaje y adaptarse a los cambios del mercado laboral, ofreciendo a los estudiantes las herramientas necesarias para una rápida incorporación al mismo.
Además, la agilidad en la educación puede brindar habilidades prácticas y aplicables, adaptarse a los cambios constantes del mundo laboral y mejorar la retención del conocimiento. Estos beneficios pueden ser muy valiosos para la preparación de los estudiantes para el mercado laboral actual y futuro.
Desde el Instituto Agile somos conscientes de la necesidad de cambio e intentamos preparar todas nuestras formaciones desde una mentalidad ágil, centrada en el estudiante.
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